BIBLIA CATOLICA

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Libro Segundo de los Reyes

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Capítulo 25: 2 Reyes 25


El asedio y la caída de Jerusalén

Jer. 39. 1-7; 52. 4-11


25 1 El noveno año del reinado de Sedecías, el día diez del décimo mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó con todo su ejército contra Jerusalén; acampó frente a la ciudad y la cercaron con una empalizada.


2 La ciudad estuvo bajo el asedio hasta el año undécimo del rey Sedecías.


3 En el cuarto mes, el día nueve del mes, mientras apretaba el hambre en la ciudad y no había más pan para la gente del país,

4 se abrió una brecha en la ciudad. Entonces huyeron todos los hombres de guerra, saliendo de la ciudad durante la noche, por el camino de la Puerta entre las dos murallas, que está cerca del jardín del rey; y mientras los caldeos rodeaban la ciudad, ellos tomaron por el camino de la Arabá.


5 Las tropas de los caldeos persiguieron al rey, y lo alcanzaron en las estepas de Jericó, donde se desbandó todo su ejército.


6 Los caldeos capturaron al rey y lo hicieron subir hasta Riblá, ante el rey de Babilonia, y este dictó sentencia contra él.


7 Los hijos de Sedecías fueron degollados ante sus propios ojos. A Sedecías le sacó los ojos, lo ató con una doble cadena de bronce y lo llevó a Babilonia.


La ruina de Jerusalén y la segundadeportación a Babilonia (587)

2 Crón. 36. 17-21; Jer. 39. 8-10; 52. 12-22


8 El día siete del quinto mes –era el decimonoveno año de Nabucodonosor, rey de Babilonia– Nebuzaradán, comandante de la guardia, que prestaba servicio ante el rey de Babilonia, entró en Jerusalén.


9 Incendió la Casa del Señor, la casa del rey y todas las casas de Jerusalén, y prendió fuego a todas las casa de los nobles.


10 Después, el ejército de los caldeos que estaba con el comandante de la guardia derribó las murallas que rodeaban a Jerusalén.


11 Nebuzaradán, el comandante de la guardia, deportó a toda la población que había quedado en la ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de los artesanos.


12 Pero dejó una parte de la gente pobre del país como viñadores y cultivadores.


13 Además, los caldeos hicieron pedazos las columnas de bronce de la Casa del Señor, las bases y el Mar de bronce que estaban en la Casa del Señor, y se llevaron el bronce a Babilonia.


14 Tomaron también las ollas, las palas, los cuchillos, las fuentes y todos los objetos de bronce que servían para el culto.


15 El comandante de la guardia tomó asimismo los pebeteros, los aspersorios y todos los objetos de oro y plata.


16 En cuanto a las dos columnas, al único Mar de bronce y a las bases que había hecho Salomón para la Casa del Señor, no se podía evaluar el peso de bronce de todos esos objetos.


17 La altura de una columna era de nueve metros; estaba rematada por un capitel de bronce, y la altura del capitel era de un metro y medio. Sobre el capitel, todo alrededor, había una moldura en forma de red y de granadas, todo de bronce. La segunda columna, con su red, era igual a la primera.


Las ejecuciones

Jer. 52. 24-30


18 El comandante de la guardia apresó a Seraías, el sumo sacerdote, a Sefanías, el segundo sacerdote, y a los tres guardianes del umbral.


19 En la ciudad apresó también a un eunuco, que estaba al frente de los hombres de guerra, a cinco hombres del servicio personal del rey que fueron sorprendidos en la ciudad, al secretario del jefe del ejército, encargado de enrolar al pueblo del país, y a sesenta hombres del pueblo que estaban dentro de la ciudad.


20 Después de tomarlos prisioneros, Nebuzaradán, comandante de la guardia, los llevó ante el rey de Babilonia, a Riblá.


21 El rey de Babilonia los mandó golpear y ejecutar en Riblá, en el país de Jamat. Así fue deportado Judá lejos de su tierra.


Godolías, gobernador de Judá

Jer. 40. 7-9


22 A la población que había quedado en el país, la que había dejado Nabucodonosor, rey de Babilonia, el rey le puso como gobernador a Godolías, hijo de Ajicám, hijo de Safán.


23 Todos los jefes de las tropas, lo mismo que sus hombres, se enteraron de que el rey de Babilonia había nombrado gobernador a Godolías, y se presentaron ante él en Mispá, eran Ismael, hijo de Natanías, Iojanán, hijo de Caréaj, Seraías, hijo de Tanjumet, el netofita, y Iazanías, hijo del maacatita, junto con sus hombres.


24 Godolías les hizo un juramento, a ellos y a sus hombres, y les dijo: “No tengan miedo de servir a los caldeos; permanezcan en el país, sirvan al rey de Babilonia, y les irá bien”.


El asesinato de Godolías

Jer. 41. 1-3


25 Pero en el séptimo mes, Ismael, hijo de Natanías, hijo de Elisamá, que era de estirpe real, llegó con diez hombres, y ellos mataron a Godolías y a los judíos y caldeos que estaban con él en Mispá.


26 Entonces todo el pueblo, desde el más pequeño hasta el más grande, y los jefes de las tropas, partieron y se fueron a Egipto, por miedo a los caldeos.


La liberación del rey Joaquín en Babilonia

Jer. 52. 31-34


27 El trigésimo séptimo año de la deportación de Joaquín, rey de Judá, el día veintisiete del duodécimo mes, Evil Merodac, rey de Babilonia, en el año de su entronización, indultó a Joaquín, rey de Judá, y lo hizo salir de la prisión.


28 Le habló amigablemente y le asignó un sitial más elevado que el de los reyes que estaban con él en Babilonia.


29 Le hizo cambiar su ropa de prisionero, y Joaquín comió siempre en su presencia, durante toda su vida.


30 Su mantenimiento fue asegurado por el rey con una asignación regular para cada día, durante toda su vida.