ANTIGUO TESTAMENTO |
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Después de la caída de Jerusalén, en el 587 a. C., una buena parte de la población de Judá fue deportada a Babilonia, hasta que Ciro el Persa autorizó el regreso de los desterrados a su país de origen. Así comenzó para Israel una nueva etapa, y los repatriados tuvieron que emprender la ardua tarea de reconstruir la comunidad nacional y religiosa. Esta grave crisis constituyó un verdadero desafío para la comunidad judía. El profeta Natán había prometido a David una dinastía eterna. Pero ¿qué valor podía tener esa promesa, si ya la monarquía no era mas que un recuerdo del pasado? Otros profetas habían anunciado a Israel un futuro glorioso. ¿Cómo dar crédito a esos anuncios en las miserables condiciones presentes?
El peso de estos interrogantes exigía una reinterpretación de toda la historia de Israel. De esta necesidad surgieron los libros de las CRÓNICAS, que en realidad son una sola obra y forman una unidad con los libros de Esdras y Nehemías. Su autor fue un levita de Jerusalén, que escribió hacia el 300 a. C. Esta nueva síntesis histórica abarca desde Adán hasta el retorno a Jerusalén del "Resto" de Judá. Pero únicamente dos etapas de la historia bíblica son tratadas con cierta detención, el reinado de David y su dinastía y la restauración de la comunidad judía. Los cincuenta años del destierro son pasados por alto, y sólo unas cuantas listas genealógicas cubren los siglos que van desde los comienzos de la humanidad hasta David.
Según el Cronista, Dios confió a la dinastía davídica el trono de Jerusalén, que
es "el trono de la realeza del Señor sobre Israel" (1 Crón. 28. 5). Durante los reinados
de David y Salomón, el Reino de Dios tuvo su más perfecta realización. Pero los sucesores
de estos dos primeros reyes no estuvieron a la altura de la misión que el Señor les
había encomendado. Sólo tres de ellos -
En la composición de su obra, el autor utilizó numerosas fuentes, bíblicas y extrabíblicas.
Las genealogías de 1 Crón. 1-
El Cronista buscó en la historia y en los escritos sagrados de su Pueblo todo lo que podía servir de enseñanza para sus contemporáneos. En él se resume el esfuerzo de una comunidad que vive replegada sobre sí misma, ansiosa por descubrir en su propio pasado las raíces de su identidad y la cohesión necesaria para afrontar las presiones de un ambiente hostil. De esta manera, los libros de las Crónicas contribuyeron a mantener viva la esperanza del Pueblo que debía preparar la venida del Mesías.
PRIMER LIBRO DE LAS CRÓNICAS
LISTAS GENEALÓGICAS:DESDE ADÁN Y HASTA DAVID
El primer libro de las Crónicas comienza con una larga serie de listas genealógicas, que sirven de introducción a la historia de David. Una intención bien precisa guió al Cronista en la recopilación y el ordenamiento de estas listas. Él quiere mostrar que la organización del culto y la construcción del Templo de Jerusalén son la realización de un designio divino, que asciende hasta los orígenes mismos de la humanidad. Según él, toda la historia humana converge hacia estos dos acontecimientos, porque el Templo y el culto han sido instituidos por el Señor para ejercer su reinado sobre la tierra.
De allí la importancia asignada en estas listas a las tribus de Judá, de Leví y de Benjamín. A la primera pertenecían David, el organizador del culto divino, y su hijo Salomón, el constructor del Templo de Jerusalén. Leví era la tribu sacerdotal, la encargada de celebrar el culto establecido por David. Y en el territorio de Benjamín estaba emplazada la ciudad santa de Jerusalén, donde fue erigido el Templo del Señor.